domingo, 23 de agosto de 2009

¡GRACIAS AMANCIO!

En esta confusión de ser Arquitecto y de ser joven, de no construir pero de pensar sobre la Arquitectura Argentina de nuestra época a través del hacer concursos, uno va sobreviviendo como puede. Pero en el camino, empiezan a aparecer ciertas cosas claras.

Cuando Julio Cortázar se sorprendió al ver que su más atrevida novela, Rayuela, no era leída por el público de su edad (más bien condenada) y que fue recibida como alimento de las jóvenes generaciones, se habrá sentido en el paraíso. Cuando un artista es capaz de adelantarse a su tiempo y escapar de su propia generación para plantear problemas de las generaciones que le siguen, creo yo que se alcanza la máxima aspiración a la que puede llegar como Artista. Ahora, por el contrario, cuando una generación joven plantea problemas de las generaciones que ya pasaron, por distintos intereses, decepciona, da bronca, hiere de muerte a lo que más deberíamos cuidar en nuestras sociedades, que es la esperanza de renovación de ideas y cambio.

Cuando Amancio Williams le escribe esa famosa carta a su hermano explicando en detalle el funcionamiento del proyecto de su casa en Mar del Plata (¡justo en Mar del Plata!, se las recomiendo) y termina diciendo “...También deseo que hayas comprendido nuestra posición en la vida y su desinterés. Está llena de dificultades y renunciamientos, pero estamos resignados de antemano, porque no hemos elegido el camino fácil del éxito sino el difícil de la búsqueda y la honestidad, y sabemos perfectamente a lo que vamos y los sacrificios de toda índole que siempre tendremos que hacer. Uno de los peores es sin duda no tener independencia económica, con todo ni eso nos apartará de nuestra línea de conducta. Si es muy desagradable y a los ojos del mundo, indigno, estar dependiendo de todo y de todos, peor es TRAICIONARSE Y VENDERSE." "No te olvides de que nosotros no tenemos un papel pasivo, de admiradores o simpatizantes de una idea, sino el papel activo y de gran responsabilidad de productores, y que hay gente, especialmente jóvenes, que tienen sus esperanzas puestas en nosotros..." "Luchar contra el dinero y sin él en un mundo que en él se basa es casi imposible, nosotros probalbemente ni alcancemos los resultados, PERO ABRIREMOS LA PUERTA A LAS NUEVAS GENERACIONES..." "Esto nos exige grandes sacrificios, y no es de los menores el no poder hacer el gusto a la gente que nos elija como ralizadores de su sueño dorado. Especialmente al tratarse de un hermano. Yo te haría el gusto en cualquier cosa, Mario, pero en esto no puedo, honestamente no puedo y se me parte el alma al decírtelo..." "Ya sabes, si no les gusta la casa díganmelo sin vueltas. Estás en la más absoluta libertad respecto a mí. Yo mismo, si quieres, te buscaré un arquitecto que tenga habilidad para proyectar, más lo que habitualmente se llama “gusto” y que sea decente, o menos indecente que la generalidad, y que se preste a hacer la casa que ustedes quieran…” “…No faltan “fabricantes de casas” ni especialistas en “estilos”. Como esa clase de proyecto se hace volando, no habrá atraso ninguno. Además me ofrezco a revisarte la casa y controlártela todas las veces que quieras…” (¡Fíjense el amor, el compromiso con su tiempo y la dignidad con que escribe!); no sabía que estaba escribiendo además una especie de manifiesto de las futuras generaciones.

Cuando digo futuras generaciones, no solo me refiero a las nuevas, sino también incluyo a aquellos Arquitectos ya consagrados, inquietos de espíritu que no dejan jamás de ser contemporáneos pese a su edad, de enseñarnos y de divertirse con la profesión, y excluyo definitivamente a la gente joven de edad, pero viejos de ideas, conservadores, oportunistas y pobres de espíritu.

“El presente es muy denso. Por ejemplo, hemos presentado el proyecto para una pequeña casa en Copenhague y en la inauguración estaban gente como Alvaro Siza, León Krier, Michael Graves... El Presente son muchas generaciones y no puedes tomar un Presente ligado a tu edad. Yo siempre he tenido el papel de ser el más joven de mi generación. Pero estás siempre interesado por un paquete muy amplio. Es decir, si piensas siempre parece que el presente está relacionado con la época de formación, en cambio si te planteas cuál es el Presente de un arquitecto como Alvaro Siza puede tener en este momento, por un lado su formación, pero en cambio está el esfuerzo de Siza por estar siempre presente.” La arquitectura como sentimiento, entrevista a Enric Miralles.

Con Tipos como Julio y como Amancio, nos vemos en la obligación de no defraudarlos, a ellos, a toda una sociedad que nos mantiene una UNIVERSIDAD PÚBLICA GRATUITA, y a toda una generación, cada vez más fuerte, de gente joven de espíritu, con ganas de que esto cambie.

Un abrazo grande para todos, Arq. Atilio Pentimalli, docente FADU UBA.


Muchas gracias al Arq. José María Gastaldo porque en nuestra época de estudiantes me regaló una copia de la carta de Amancio.