martes, 3 de octubre de 2017

Una Casa. Concurso internacional. Finalistas



 


Una Casa

Analizando diferentes  tipologías de vivienda industrializada que nos legó el siglo XX detectamos que en la gran mayoría de los casos fueron pensadas  desde la totalidad, relegando la resolución de sus partes a un empobrecido fraccionamiento del conjunto, o a idénticas células repetibles hasta el infinito. Algunas de ellas, presentan un espacio concebido en base al modelo de un hombre universal y genérico de post guerra, mientras que su diseño estandarizado, responde a un pensamiento racional y dogmático. El ambiente resultante, allanado y sometido, carece de situaciones, climas y una espacialidad desarrollada. Impone un modo de habitar acotado, que deja de lado las particularidades de cada región, limitando o muchas veces suprimiendo las costumbres y formas espontáneas de vivir del hombre.
Proponemos entonces indagar en un sistema abierto, de unidades espaciales flexibles que respondan a las diferentes intimidades del hombre, y que puedan contemplar sus necesidades intrínsecas y su pertenencia cultural. Iniciamos la reformulación de la vivienda industrializada a través del estudio minucioso de la naturaleza de cada una de las acciones que se desarrollan en ella como creadoras del espacio, y el diseño subsiguiente de piezas y composiciones que posibiliten su materialización.




El carácter de nuestra propuesta explora los siguientes enunciados:

       Las partes no son pensadas únicamente desde la razón, sino también desde el sentir, favoreciendo así, la producción de unidades espacialmente ricas para el desarrollo de la vida del ser humano.

       El estudio del ingreso de la luz exterior y el reconocimiento del mismo como elemento fundamental en la generación del clima interior. La disposición de los espacios generados y el grado de incidencia de la luz natural en ellos, determinara las actividades que allí se desarrollen.

       El trabajo de la unidad como una pieza abierta, en transformación constante y a merced de los requerimientos que el usuario disponga. Asi, mediante diversas combinaciones, las piezas irán determinando el resultado formal del conjunto.

       Las partes responderán más a una actividad que a una función en particular. Es decir, no habrá un dormitorio sino un espacio de descanso, que a su vez contará con la flexibilidad necesaria como para vincularse con otras piezas/espacios -de lectura, reflexión, contemplación, etc-.

Buscamos brindar la posibilidad de que el usuario haga propia la casa y resignifique los espacios a través de su propia experiencia, para lo cual ofrecemos un amplio catálogo de piezas y operaciones, que permiten la creacion de un entorno a medida. De este modo, potenciamos la figura del usuario, que aumenta su grado de implicancia con la generación de la vivienda, descubriendo en el proceso, nuevas formas y modos de habitar a partir de sus propias vivencias.








Módulos de intimidad

“Todo es máquina y la vida íntima huye por todas partes. "Las calles son como tubos donde son aspirados los hombres"
 Max Picard

Nuestra hipótesis parte de observar lo acostumbrados que estamos a habitar espacios que no proponen ni resuelven las nuevas formas de vivir de nuestros días. Un nuevo espacio sería el que sea capaz de incentivar a cada persona a desplegar las actividades que lleva dentro de sí y que quizás no lo sepa. Hoy se trabaja donde se vive, se vive donde se piensa, se piensa donde se come, se come donde se reflexiona, se reflexiona donde se descansa…


La escala de la intimidad.

“Todo rincón de una casa, todo rincón de un cuarto, todo espacio reducido donde nos gusta acurrucarnos, agazaparnos sobre nosotros mismos, es para la imaginación una soledad, es decir, el germen de un cuarto, el germen de una casa.
En un palacio ya no hay rincones para la intimidad”  Gastón Bachelard

Nuestra atención se dirige entonces al espacio de intimidad, al rincón, al sitio que nos contiene y cobija. Ese rincón es un espacio reducido, mínimo, acotado, pero infinito.  Abierto a la imaginación. En nuestras piezas se descubre el espacio desde la experiencia de habitarlos. Los lugares de guardado, el equipamiento, las múltiples configuraciones de uso de cada uno de ellos se despliegan con el usuario. El ser-ahí los hace aparecer.


 

  

Desde la interioridad hacia la exterioridad.

Cada interior profundiza en la experimentación del espacio habitable. La exterioridad insinúa lo que sucede dentro pero no como función sino como espacialidad. Se intuyen las entradas de luz cenital, los techos abovedados, las aberturas desde donde se derrama interioridad. El exterior es un cofre entreabierto por donde escapa un destello de intimidad.


El espacio llama a la acción.


“El espacio llama a la acción, y antes de la acción la imaginación trabajar” Gastón Bachelard


Al estudiar a fondo cada espacialidad, las acciones serán llamadas por los espacios habitables. Así obtendremos un catálogo de piezas que al combinarse entre sí darán lugar a las diferentes configuraciones de viviendas según los requerimientos de cada persona o grupo familiar. Los módulos en principio no tendrían una función específica sino que cada usuario irá descubriendo los espacios propicios para desarrollar su actividad. La funcionabilidad de cada sitio se la encuentra luego de haber sido llamado por algo que nos convoca a vivirlos, a estar allí y no en otro sitio. A permanecer.

Módulos intercambiables

A los efectos del concurso propusimos un uso determinado para cada módulo pero es importante tener en cuenta que cada espacialidad podría albergar diferentes actividades. Es decir por ejemplo, nuestro módulo de dormir podría ser usado como módulo de estudio, el módulo estudio, con sus dos bóvedas de cañón corrido, podría funcionar, rotado 90 grados, como habitación y salón de juegos para niños, y así con cada uno de ellos a excepción del módulo húmedo que por su especificidad no permite otras configuraciones.

Al profundizar en estas cuestiones, dejaríamos de llamar dormitorio a los espacios de descanso o estares a los sitios para escuchar música con amigos, pasarían a ser espacialidades que despiertan ganas de dormir allí o de escuchar algunos discos. Al combinar varios módulos de habitar uno podría configurar su vivienda según las espacialidades elegidas y no las funciones necesarias, cambiando así la forma de habitar y elegir un lugar para habitar. A su vez, cada persona podría ir ampliando o reduciendo módulos según crezca o se reduzca el grupo familiar al que pertenece.

Módulo galería

A través del módulo galería, los módulos de intimidad irán articulándose en múltiples y sugerentes configuraciones proponiendo diferentes pisadas de casa, entre medianeras o en esquina. Estos módulos retoman la galería de la casa chorizo, su espacialidad y clima. Un sitio donde tomar unos mates bajo la sombra de una parra o sentir el olor a tierra mojada en las tardes de tormenta.
Estos módulos no sólo son un sistema circulatorio cubierto o semicubierto, sino que están pensados además para albergar diferentes funciones: bancos de descanso (bajo el cual el perro de la casa duerme su siesta diaria), parrilla con mesada, mesa y pérgola rebatibles configurando el quincho y pantallas visuales. También podrían dar lugar a pequeñas ampliaciones de los módulos principales.


Módulo de vacío. El patio.

“Patio, cielo encauzado.
El patio es el declive
por el cual se derrama el cielo en la casa.”

Jorge Luis Borges.

El patio de la casa, desde donde se vive la interioridad desde el exterior, surgirá como un nuevo módulo sobre terreno natural. Delimitado por galerías y módulos de intimidad. Será el espacio que recibirá el despliegue de los diferentes elementos de la galería. Allí ocurrirán los asados, las reuniones con amigos en las tardecitas de sol, la lectura al aire libre, la huerta… Será un exterior protegido, un espacio de intimidad al aire libre que participará activamente en la intimidad de los módulos que lo definen.


La casa y el refugio.

     “Y todo retiro del alma tiene, a nuestro juicio, figura del refugio”
Gastón Bachelard, La poética del espacio


Entendemos una casa no solo como un ámbito que nos proteja de la intemperie y de la naturaleza, no solo un sistema hiperfuncional optimizado donde la mente y la razón encuentran orden y tranquilidad, sino como un refugio del alma. Una protección, un lugar donde soñar y donde recordar... Ya no basta considerar una casa como un objeto. Los objetos son exterioridades, son siempre hacia afuera, para los demás. Nuestra propuesta explora la intimidad del refugio, para adentrarnos en descubrir una nueva manera de habitar.



Equipo de proyecto: Andres Matthiess, Juan Ortíz, Cesar de Lucca.
Colaboradoras: Camila Urani, Jazmín Gaina.