"Fundamentalmente este paisaje es fruto de una tensión, entre la ficción a la que aspira la gran ciudad y la naturaleza (la verdad de fondo como bien lo dice Kusch) del suburbio."
“En las fronteras del paisaje del suburbio, lejos de la ciudad, nace el peligro de la barbarie… Así el paisaje de la suburbia más que responder al orden de las pulcras ciudades, es expresión de una falta de jerarquías, de un modo de construcción en tensión inevitable entre ese orden perdido de la ciudad que emana como el vago recuerdo de una ficción y lo salvaje de la naturaleza del vegetal –la verdad de fondo— en la extendida soledad de la marsupia”…
Rodolfo Kusch; extractos de La seducción de la barbarie.
Crear un paisaje de frontera implica otra cosa que hacer ciudad,
implica adentrarnos en la ambivalencia del territorio…
En realidad ese paisaje de frontera no hay que crearlo, hay que
interpretar sus invariantes formales y conformarlo, valga la redundancia, en
conformidad con sus propias lógicas. Es por ello que nuestra propuesta para el
Polo Tecnológico en la Matanza, entendemos en primer lugar esta tensión entre
la ciudad y el suburbio como la posibilidad cierta de asumir una estrategía proyectual.
Estrategia que podemos resumir con el concepto que nos propusimos: “Construir
un paisaje de frontera”.
Toda nuestra lectura del problema parte de allí, de este núcleo
conceptual.
Es por ello que entendemos que la lógica de un edificio así, en un
lugar como este, no responde simplemente a la lógica de la ciudad. Debe ser
otra cosa.
Entendemos entonces que el programa mismo debe servir de excusa
para construir el paisaje.
Y la pregunta que surge es ¿cuáles son las invariantes formales que lo conforman?
Es por ello que leemos el lugar desde aquí, con dos estrategias
consecuentes:
1)
crear un parque lineal-horizontal
en relación al barrio “Ciudad Evita”, como vinculación además al Polo Tecnológico
y el Hospital.
2)
concentrar el programa Polo
Tecnológico en aquel lugar que nos parece indica el mayor esfuerzo de
urbanización a futuro del lugar (el Hospital, el cruce con el Camino de
Cintura, su pasarela peatonal) como nuevo nodo de concentración programática.
Es por ello que privilegiamos liberar la mayor cantidad de terreno
posible y concentramos el programa en una de las cuñas del extendido predio;
como en el paisaje pampeano, que funciona por asociación de masas relacionadas
por grandes vacíos.
El parque se construye a través de una línea horizontal, eje
estructurante conformado por un paseo de tilos regularmente distribuidos que
ensancha la vereda peatonal de uno de los bordes de la calle El Alpataco.
Calle que imaginamos puede ser la oportunidad de un nuevo borde
articulador del barrio, hoy informe.
Esta nueva senda ensanchada (incluyendo estacionamientos y
equipamientos varios como parrillas), la imaginamos como un paseo peatonal que
articula el nuevo parque con el barrio y sus instituciones. Siendo el parque
propuesto una nueva institución para el barrio, que además entendemos lo ordena
en uno de su bordes hacía el Camino de Cintura.
El parque tiene dos puntas en tensión: una reserva boscosa y menos
urbanizada en la cuña dada por las vías, el Camino de Cintura, calle el Chaja,
y la misma calle El Alpataco desde donde nace. La otra es el nodo programático
dado por el Polo y el Hospital, nuevo centro institucional del barrio que
comienza a consolidarse. La calle El Alpataco con sus veredas ensanchadas y un
paseo de tilos con estacionamientos y parrillas para los usuarios del parque y
el mismo barrio, desembocan en el Polo tecnológico y un lago artificial que
deposita las aguas de lluvias y regula las canalizaciones existentes. Lago que imaginamos con su propia fauna y flora (acorde
a los bañados de llanura) rematando en el nuevo nodo propuesto (Polo-Hospital).
Al Polo lo proyectamos como un edificio compacto, aunque poroso a
la vez en relación al parque, además de conformar un nuevo punto de acceso a
Ciudad Evita.
Nuestra propuesta pretende crear un paisaje de frontera: grandes
extensiones de territorio, puentes-vigas sobre autopistas, infraestructuras
expuestas, galpones de chapas, pero también intervenciones de escala barrial,
un camino de tilos, senderos y bicisendas, parrillas, un lago, brumas y
pastizales… Materiales en estado natural, colores crudos y neutros.
Crear también un paisaje en el interior del Polo en tensión con el
paisaje del afuera:
el patio de maniobras (así lo llamamos) es un espacio de trabajo,
solados de alisados de cemento, cortaderas, autoelevadores, delimitados por las
incubadoras, es lugar de vida interna del edificio. Microcosmos de cruces y relaciones, limitado por los galpones de apoyo
y de las mismas incubadoras.
Los pequeños jardines laterales poblados por tilos, son espacios
más contemplativos, que imaginamos en sombra —en verano— y expansión de los
lugares de trabajo aledaños (oficinas, laboratorios, etc.). Aportan un
contrapunto al patio. Son también la prolongación del paisaje del parque al
interior del edificio.
Entendemos el programa como una serie de elementos repetitivos,
ritmos de un orden compuesto “a-b”. Los elementos (incubadoras) formalmente se
resuelven con un espacio en bóvedas de cañón corrido que como lenguaje se
asocia a los típicos galpones del suburbio bonaerense con rajas de chapas
translucidas y otras opacas, carpinterías con cámaras de aire y parasoles, con
ventilación cruzada, brindando vistas al parque o al patio interior. Este
sistema repetitivo da unidad y flexibilidad a un mismo tiempo, además que crea
un adecuado clima micro-ambiental.
El sistema permite la construcción del paisaje por etapas, una
primera de 12 incubadoras, un crecimiento intermedio de 16 (30% más) y un
crecimiento máximo de 20 (60% más), sin perder una envolvente contenedora
primaria que da las condiciones de imagen institucional del edificio desde el
inicio.
El edificio es dual: abierto y cerrado al mismo tiempo, son muchos
edificios, pero también en un sentido y por asociación es un sólo edificio.
El Parque lineal, el camino de Cintura, el barrio Ciudad Evita, los
camiones, sus infraestructuras, el paisaje en general, penetran visualmente el
edificio Polo y forman parte de él. Los patios a cielo abierto, la playa de
maniobras, ubicada estratégicamente en oposición, son los poros en tensión de
la compacidad buscada.
El sistema constructivo es acorde al concepto buscado:
estructuras reticuladas de arcos y
columnas metálicas, losas pretensadas “shap”, revestimientos interiores de montaje
en seco, chapas onduladas galvanizadas, pintura de color aplicada, alisados de
cemento, enredaderas, tilos, cortaderas, aguas tratadas y brumas; materiales
que por asociación construirán una nueva forma resignificada del paisaje de la
frontera del conurbano en tensión con la ciudad que nuestro proyecto propone
construir
El Parque en relación al Polo Tecnológico, el Hospital y Ciudad
Evita será el vacío que privilegia la tensión buscada entre ciudad y paisaje.
El Parque oficia a través de la vegetación propuesta, la
permanencia de los senderos peatonales existentes, una mayor concentración de
un verde más agreste hacía el Camino de Cintura, como una mediación de escala
entre el barrio y la autopista, además de ser un colchón acústico y ambiental
de sus ruidos y emanaciones.
El edifico del Polo lo concebimos como una sociedad de incubadoras
en el paisaje propuesto.
Esa sociedad conforma un orden: incubadoras en el centro; sus
apoyos conformando dos grandes barras paralelas y laterales, relacionadas a
través de patios de diversas escalas y tratamiento paisajístico, pasarelas y
servicios infraestructurales.
Esas barras son dos grandes naves, que alojan frente al hospital
los programas institucionales (auditorio, biblioteca, comedor y administración
del complejo), enlazados por el hall público que forma parte de una recova.
Recova que es remate del parque y el enlace con el hospital. Recova que implica
poder ir a través del edificio sin entrar en él, tal vez sea esto un recuerdo
de la ficción ciudadana, que no dejamos de asumir.
La otra barra bordea el patio, hacía el barrio y aloja los
programas de apoyo a las incubadoras.
Este orden es como el recuerdo de una pequeña ciudad en un orden
compuesto.
El edificio compacto y poroso a un mismo tiempo no es un edificio,
son muchos también, enlazados por puentes-pasarelas y vacíos-patios
estratégicamente ubicados. Producen tensión entre la unidad y la ruptura por la
simple repetición… Creemos que al no construir un edificio como contenedor
único privilegiamos la relación con la escala del barrio, siendo el Polo
mediación entre dos escalas, el barrio y el hospital.
Para nosotros el suburbio no es ciudad, aspira a serlo… el suburbio
así visto es un paisaje cuya estética responde a la idea de pre-construcción.
Esto que puede ser interpretado negativamente, para nosotros es un
valor intrínseco que vemos en el lugar.
En el suburbio los edificios institucionales no hacen ciudad, sino
que son piezas en un paisaje discontínuo; imagen de nuestro horizonte pampeano,
interrumpido cada tanto por masas de materia vegetal o mineral.
Los montes de caldenes, la torres traslucidas de los molinos de
viento, también están en nuestra retina… junto a esas imágenes de galpones
industriales que van poblando las rutas;
y una cierta melancolía gris que emana de la bruma y los pastizales…
Vemos un valor en todo esto; valor que nuestra aspiración por la
urbanidad; nos impide ver o sin más lo ignora…
No deja de ser este, el conflicto inherente de la vasta llanura,
entre civilización y barbarie… conflicto fundante de nuestra identidad… si
queremos preservar algo de lo nuestro, que en definitiva es lo que nos define
como Cultura.
Autores: Arq. Alejandro Vaca Bononato, Arq. Atilio Pentimalli, Arq. Rodi Torrás, Arq. Lucas Gilardi, Srta. María Elena Mariño, Arq. Facundo Bence Pieres, Sr. Sebastián Ducros y Sr. Rosendo Gagliano. (Taller AVB - FADU UBA)