“La clara muchedumbre de un poniente
ha exaltado la calle,
la calle abierta como un ancho sueño
hacia cualquier azar.”
Atardeceres, Jorge Luís Borges
Mucha
gente ignora cuál es el fin último de la Lotería Nacional, que fuera creada por
el Congreso Nacional para recaudar fondos para mejorar la calidad de vida de la población en todo el
país. Como figura en su web site: “transformando lo recaudado en ayuda,
trabajo, educación, salud, seguridad, contagiando de alegría.”
Nuestra
propuesta apunta a crear espacios comunitarios de calidad que renueven e
incentiven múltiples relaciones entre La Lotería Nacional y la sociedad en su
conjunto y que permitan dar un marco propicio para difundir la destacada
actividad social que la entidad realiza.
La calle pública peatonal, oasis urbano.
“…la otra calle, la que no pisé
nunca, el centro secreto de las manzanas, los patios últimos, lo que las
fachadas ocultan…”
Jorge Luís Borges
El predio se
encuentra frente a una de las plazas más importantes de nuestro país. La plaza del
Congreso, le otorgará a la Lotería Nacional el marco institucional adecuado
para potenciar sus actividades y difundir su roll en la sociedad.
La decisión proyectual
de abrir una calle peatonal y una plaza pública en el interior de la manzana
apunta fundamentalmente a tener un contacto cotidiano más íntimo y por lo tanto
más fuerte y duradero con la sociedad en general, y en particular con las
jóvenes generaciones que podrán disfrutar diariamente de este descanso urbano, haciendo
propio este ámbito que la lotería brinda a la comunidad, en los tiempos libres
o durante los cortes del horario laboral, para almorzar o tomar algo. Estos
espacios también serán escenario de múltiples actividades culturales al aire
libre. De esta manera la relación entre la Lotería y la
sociedad se renovará y fortalecerá, buscando instalar en el inconsciente
colectivo cuál es el fin último perseguido durante 118 años de la institución,
invertir lo recaudado en cultura, educación, trabajo, asistencia habitacional y
salud.
La apertura del centro de manzana al público ofrecerá
a la sociedad un espacio comunitario de calidad para el disfrute de todos,
interactuando con la plaza del congreso de carácter institucional, ofreciendo al barrio y la ciudad un ambiente
de carácter íntimo y fraternal en el pulmón de manzana.
Decidimos ubicar los sectores públicos significativos
del programa, sala de sorteos, biblioteca y atención al público en torno a esta
plaza interior. De esta manera, con la ubicación de la sala donde se realizan
los sorteos diarios, buscamos transmitir la transparencia del sistema y devolución
a la sociedad de las actividades que realiza la institución.
Por las
noches la plaza y la calle peatonal pública se cerrará junto con el edificio
por medio un portón rebatible.
Actividades culturales en la calle y la plaza pública.
Dentro de la memoria colectiva del barrio, se encuentra
el mural del frente del lote del concurso pintado por el artista urbano Jaz,
quien durante varios años ha ido proponiendo distintas temáticas para uno de
los frentes más transitados de la ciudad. Proponemos entonces conservar este
espacio para el desarrollo del arte urbano incorporándolo a la calle peatonal
del proyecto, junto con un paseo de esculturas itinerantes de mediana y gran
escala. Las terrazas
ajardinadas, gradas y escalinatas del paseo peatonal del edificio, proponen una
variedad de lugares para el descanso, la recreación y el disfrute de un espacio
verde más íntimo y acogedor en el corazón de la manzana. También se pueden
desarrollar otras actividades al aire libre como teatro, bandas en vivo y cine,
en horarios que la institución programe y organice. Tanto
la biblioteca como la galería de arte están expandiendo hacia la plaza pública
del proyecto. Estas actividades públicas y gratuitas contribuirán a reforzar
los lazos entre la Lotería Nacional y la sociedad.
La Lotería Nacional y el edificio de la ex Biblioteca
Nacional.
Originariamente,
el edificio de la ex Biblioteca Nacional de la calle México, fue diseñado y
construido por el arquitecto Carlos Morra en el año 1901 para ser sede de la
Lotería Nacional de Beneficencia. Meses antes de su finalización, el edificio
fue cedido por la institución para la nueva biblioteca pero en su interior ya
existían un sinfín de símbolos y alusiones al azar y al juego: La baranda de la
escalera principal acompaña al visitante con un ritmo de bolilleros de bronce;
Las cariátides de la cúpula principal personifican a La Fortuna y el Azar,
tramas en los vidrios, solados, molduras con dibujos de tréboles de cuatro
hojas y herraduras recuerdan constantemente el antiguo destino del edificio que
por esos azares terminó adaptándose a una nueva función.
Uno de los
más prestigiosos y memorables directores de la ex Biblioteca Nacional fue Jorge
Luís Borges quien confiesa que en el sótano o en la azotea del antiguo edificio
vislumbró sus juegos de laberintos, de azares y de espejos. ¿Cuánto de aquellos
cuentos y poemas que hoy son parte fundamental de nuestra literatura fueron sugeridos
y despertados por la atmósfera del propio edificio diseñado para ser sede de la
Lotería?
Hoy, algunos
de sus fragmentos devuelven a la Lotería Nacional la atmósfera adecuada para
trazar las líneas principales de su nueva sede, atmósfera tamizada de prestigio,
de laberintos y de azares.
El lenguaje del nuevo edificio de la Lotería
Nacional
“El azar es el nombre que nuestra
inevitable ignorancia
da al tejido infinito e incalculable
de causas y efectos.”
Jorge Luis Borges.
El edificio propone vivir en una realidad diferente,
colectiva y solidaria, con su entorno y con su gente, dentro de una atmósfera
en la que se respire azar, juego y múltiples alternativas de recorrido. La
trama estructural de la fachada del edificio,
trama infinita de causas y efectos, está formada por la alteración del
ritmo de columnas y vigas en los diferentes niveles. El frente del edificio,
que recupera la memoria de las clásicas tarjetas perforadas de Lotería Nacional,
es sensibles a los cambios de altura de su entorno inmediato, a la marcada
verticalidad de vanos y columnas en los edificios históricos vecinos, al asoleamiento, a las visuales hacia la plaza
y el Congreso de la Nación, a las diferentes funciones que se desarrollan en su
interior, y por supuesto, al azar: por medio de serigrafías en los paños
vidriados de la fachada y del hall de
acceso, grabados en el hormigón visto y tramas en medianeras, incorporamos una
serie de símbolos y alegorías al juego que colaborarán en establecer un diálogo
lúdico con la gente que pasee por la plaza de los Congresos, como lo vislumbró
Carlos Morra para la fallida sede.
La sala de sorteos
“En realidad el número
de sorteos es infinito. Ninguna decisión es final, todas se ramifican en
otras.”
La Lotería de Babilonia, Jorge Luís Borges.
La sala de sorteos se encuentra en planta baja, con
conexión directa al hall de acceso, para facilitar el ingreso y el egreso del
público que presencie los sorteos. El acceso está franqueado por los antiguos
bolilleros, símbolos de la institución,
que pasarán a formar parte del movimiento cotidiano de la calle peatonal
del edificio y de su hall de entrada.
La sala de sorteos
participa del movimiento de la plaza pública, la gente podrá presenciar
en todo momento la transparencia del sistema, tanto dentro como fuera de la
sala transmitiendo la idea de que la actividad principal que se desarrolla en
la sala es para la gente y que lo recaudado vuelve a la sociedad. La sala de
sorteos será habitual en la vida social de las personas que utilicen la plaza
pública del edificio, será familiar, parte de ella.
Organización del
programa
El edificio está organizado en cuatro sectores:
Basamento público: plaza de acceso, hall, sala de sorteos, sum, biblioteca, galería de arte, oficinas de atención al publico
Subsuelo técnico (talleres y laboratorios) y estacionamiento
Oficinas
Sala de máquinas superior y futura ampliación
Basamento público: plaza de acceso, hall, sala de sorteos, sum, biblioteca, galería de arte, oficinas de atención al publico
Subsuelo técnico (talleres y laboratorios) y estacionamiento
Oficinas
Sala de máquinas superior y futura ampliación
Proponemos
tres sectores de acceso en el mismo hall de planta baja: el del público
general, el acceso de directorio, un tercer acceso eventual para cuando el
edificio se encuentre cerrado. El acceso de servicio y vehicular es
independiente y está vinculado verticalmente con los subsuelos y la circulación
de servicio en las plantas de oficinas.
En relación a la plaza del edificio se encuentran los
programas públicos.
Las oficinas directivas se ubican cercanas al sector público,
enfatizando la ideología adoptada en la pirámide institucional en el esquema de
funcionamiento. La lotería se acerca a la gente facilitando la recepción de
visitas externas al directorio y su asesoría.
Las oficinas jerárquicas se ubican en el frente y
contrafrente, con vistas a la plaza del congreso y a la plaza interna del
edificio.
En el nivel +17.50 m ubicamos el sector de
capacitación y comedor expandiendo sobre la terraza del volumen que se adentra en
el pulmón de manzana y vincula activamente el edificio con la plaza.
El basamento público, incluyendo sala de sorteos, el
SUM y la biblioteca, puede funcionar durante los horarios en que el edificio
permanezca cerrado, vinculado por una circulación vertical que también cubre
las necesidades de personas con capacidades disminuidas.
Dentro del
basamento, en el pulmón de manzana, prevemos un pequeño buffet para abastecer
al público en general.
La esperanza de ganar
ayudando.
“Si uno no
espera lo inesperado, no lo encontrará, pues es inaccesible.”
Heráclito
Quien compra
un billete de lotería, ingresa dentro de un sistema distinto, otra estructura
de la realidad. Desde ese mismo momento comienza a tejerse esa trama infinita e
inabarcable de la que habla Borges, hasta llegar a su desenlace final, sea cual
fuere, favorable o desfavorable. Pero quien no compra un billete de lotería quedará
fuera de esta estructura, inaccesible a esta otra cara de la realidad,
totalmente cerrado a cualquier posibilidad de que surja lo inesperado.
Ingresar al
edificio será acceder a ese mundo inesperado y, simultáneamente formar parte de
un sistema público y comunitario que viene a develar el fin último y principal
de La Lotería: la ayuda social.
Autores: Roberto Cides, Aldana Calligo, Florencia Sirna, Atilio Pentimalli
Colaboradores: Sebastián Ducros, Patricia Pilarsides, Matías Lien Benítez
Asesor: Pedro Gea (estructuras)