Todo está cargado en la memoria,
arma de la vida y de la historia.
La memoria estalla hasta vencer
a los pueblos que la aplastan
y que no la dejan ser
libre como el viento.
La Memoria, León Gieco.
Comprendemos que la búsqueda del nuevo Espacio para la Memoria es la transmisión de la memoria a un pueblo. Creemos que debe realizarse en forma íntima, paciente y dedicada, como lo hicieron las Madres de Plaza de Mayo, como trasmite alimento, defensas, emociones y amor una madre a un hijo en su vientre. La memoria se va construyendo pacientemente a través de la verdad y de la justicia. Una vez transferida genera conciencia colectiva de lo ocurrido y un compromiso del pueblo en defenderla y mantenerla activa. A la vez, la memoria funciona como mecanismo de alarma cada vez que algo similar comience a suceder en el presente, generando las bases para que nunca más vuelva a ocurrir un genocidio en la Argentina.
Dentro del Casino de oficiales de la ESMA, durante la última dictadura militar, se gestó la muerte y el terror. Queda como testimonio su arquitectura y su atmósfera inalteradas. Como espejo y contrapunto a la vez, en el edificio de las cuatro columnas, hoy Espacio para la Memoria, se gestará la vida, el renacer como sociedad y como pueblo.
Envolvente y paneles. Vientre materno.
“Recuperar el pasado para iluminar el presente y construir el futuro”
La cáscara de la gran sala está configurada para evidenciar las diferentes entradas de luz. Desde el techo, tomamos la geometría de las cabriadas existentes para “derramar” la luz hacia el interior de la muestra, mientras que sobre el contrafrente diseñamos un sistema de paneles-parasol que sirve tanto a la muestra como al control de la iluminación en diferentes sectores de la sala. Esto nos permitirá controlar la entrada de luz para proyecciones de imágenes o videos o para generar distintos climas en la muestra. Por otro lado estos paneles tendrán grabados en la cara exterior una imagen general que sólo será posible recomponer desde la Plaza de los Derechos Humanos, será la imagen del pueblo argentino en la calle, manifestándose y reclamando por sus Derechos.
El conjunto de los paneles está pensado para ser visto a diferentes escalas y en diferentes ángulos y puntos de vista. Algunas imágenes significativas toman varios de estos paneles buscando la complicidad del visitante en recomponer la imagen total desde la rampa de la memoria o desde el balconeo del primer piso. Así se lo incorpora íntimamente en la reconstrucción de la historia. Reconstruir la historia implica rearmar los fragmentos del pasado pero desde un presente, proyectándolo hacia un porvenir que nos ayude a crecer como Pueblo.
Los desaparecidos que se buscan
con el color de sus nacimientos.
La memoria, León Gieco
Gran sala principal de exposición permanente.
El espacio de la sala permanente no está pensado como un espacio estático sino todo lo contrario. Es una sala dinámica, donde se puede vivir el lugar a través de la rampa de la memoria, que asciende hacia la luz, hacia la verdad. Los paneles que componen la muestra están contenidos y ordenados bajo ella organizando la totalidad de la sala y generando distintos sectores con diferentes escalas de exposición. El visitante podrá transitar la muestra libremente entre los paneles, eligiendo los recorridos y buscando los lugares particulares e íntimos que le permitan tomar conciencia de lo ocurrido. Creemos que la reconstrucción de la Historia nunca termina y que la sala debe ser sensible a los giros de la misma: nuevos descubrimientos, nuevas piezas del rompecabezas que día a día estamos ensamblando como sociedad: nuevos juicios a represores, nuevos fallos judiciales, nuevas pruebas y testimonios aportados, la recuperación de la identidad de los nietos… Toda esta nueva información podrá ser sumada a la sala, a la rampa, a sus paneles, y también a las paredes que la contienen. Las variables de diseño de la exposición se abren y multiplican en, bajo y rodeando la rampa de la memoria, aportando flexibilidad e innovación constante a la muestra. La Historia es dinámica y la estamos construyendo y reconstruyendo en el presente para orientar nuestro porvenir como país, pionero en Latinoamérica en develar la verdad oculta durante tanto tiempo. Rampa de la Memoria. Reconocer al otro. Ascender hacia la luz: la verdad
“Cuando a nosotros (Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas) nos hablaron de un museo pensamos: “¿Un Museo? ¿Cómo vamos a hacer un Museo?” Nos parecía algo retrógrado, ¿cómo nuestro problema iba a estar en un Museo? Pero bueno, igual fuimos y ahí nos encontramos con una propuesta de algo que nosotros nunca habíamos pensado que podía llegar a ser un Museo. Y bueno... cambiamos nuestra opinión. Porque para nosotros un Museo era una cosa estática, donde había salas donde se colgaban cosas, como era el Museo de Historia Argentina o Histórico Nacional, no sé cómo se llama; dónde hay objetos puestos ahí con una leyendita y punto.” (Mabel Penette de Gutiérrez, Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas)
Una rampa de traza ágil y dinámica, serpentea el gran espacio interior, “libre como el viento”. Es la encargada de organizar los diferentes sectores de la muestra y la de contener los paneles y mesadas de exposición. Al recorrer la rampa de la memoria, veremos otros visitantes transitarla, haciendo el mismo camino que nosotros y a la vez buscando sus particularidades, deteniéndose en distintos lugares, captando diferentes puntos de vista de la muestra. Desde este punto nos interesa entender la relación con el otro, el reconocimiento del otro dentro de un mismo ámbito, transitando de diferentes formas el mismo camino, trabajando juntos para construir un país en Democracia. De esta forma, podemos vivir libremente el espacio aéreo de la gran sala, descubrir desde el aire nuevos aspectos de la muestra, nuevas escalas, recomponiendo nuevas imágenes, para luego llegar a la Verdad, al documento, al lugar donde se encuentra almacenada La Memoria: La Biblioteca, con sus salas abiertas al espacio central, viviéndolo, “convidando memoria” a todo el Pueblo Argentino. Allí estarán los documentos y las publicaciones que dan cuenta de la historia del terrorismo de estado en la Argentina, sus causas, sus síntomas y sus características, para poder tomar conciencia sobre la historia argentina y latinoamericana, sobre la relación con el otro.
“La verdad está en las entrañas mías” Entrevista a Madre de plaza de mayo
El ritmo original del edificio se ve reformulado por nuestra intervención utilizando la luz como material de construcción de un espacio que evoque la verdad. Este espacio central y protagónico se transforma en las entrañas del edificio, su lugar más íntimo y real, el espacio propicio para dar a luz, para transmitir memoria. Un vientre para renacer como Pueblo.
“Esto es el renacer de una vida, que resignifica muchísimas vidas que hemos perdido.” “Estamos renaciendo… y yo que creí estar muerta, también vuelvo a tener esperanzas”. Elsa Oesterheld (viuda de Héctor Oesterheld, escritor del Eternauta)
“No hay memoria sin transmisión” Transmitir un legado, como la íntima entrega de alimento, amor y vida de una madre a un hijo en su vientre. La geometría en planta de la rampa de la es el renacer y la transmisión de la memoria; conecta al visitante con la biblioteca y las salas de preservación, lugar de resguardo y protección de la memoria. Estos espacios se abren a la gran sala y participan de su actividad. De esta manera el visitante puede recorrer la planta alta del edificio como la continuación y complemento de la muestra. El edificio trabajará así en todo su conjunto en la tarea brindar memoria y generar conciencia de lo ocurrido.
“¿Nacieron esos nietos? ¿No nacieron? ¿Dónde están esos bebés? (Madre de plaza de mayo 1976)
Sobre la plataforma curva de la rampa de la memoria se colocarán pantallas táctiles y proyecciones digitales con imágenes y testimonios actuales y futuros de la recuperación de la vida, del origen, de la identidad de nuestros nietos, la recuperación de tierras que históricamente pertenecieron a nuestros pueblos aborígenes, su reencuentro con la Madre Tierra.
Ser abuelas duplica la maternidad, pero
desde su aparición se propusieron dar a luz a nietas
y nietos, concebidos en el vientre original de sus
hijas, escamoteados por la maldad de quienes
creyeron que eran dioses paganos que podían
repartir a su arbitrio la vida y la muerte.
No hay parto sin dolor y recuperar la verdadera identidad es
como volver a nacer, con los dolores de la madre y
del bebé al mismo tiempo en la misma persona. A
la vez, ese sufrimiento forja la vida
J.M. Pasquini Durán. Abuelas de Plaza de Mayo, Fotografía de 30 años de lucha, prólogo.
Así se produce el renacer de las vidas desaparecidas durante la historia del terrorismo de estado en la Argentina, ahora presentes en las figuras, cuerpos, mentes y voluntades de todos nosotros. A su vez, nuevos polos de compromiso y memoria para futuras generaciones por nacer.